Allá por el 2007, me metí en el loco proyecto de emprender. Quería crear una pequeña empresa en forma de clínica veterinaria, que me permitiera vivir y a la vez realizar la labor de clínica y sanitaria que siempre me gustó. El porqué del nombre no lo tengo muy claro. Buscaba algo relacionado con los gatos, los grandes olvidados en el mundo de la veterinaria de pequeños en aquel momento, dándole una vuelta a los típicos nombres relacionados con los perros. Tengo que reconocer que estudié veterinaria porque me gustaban los caballos, pero a lo largo de la carrera, en mi primer trabajo como ¨estagiária» en la Facultad de Tras-os-Montes, Vila-Real, y, gracias principalmente a mis dos primeras gatas, Rita y Borralla, fui descubriendo el apasionante mundo felino.
Me pasé casi una semana pensando el nombre y, después de sopesar varias posibilidades, este fue el que me pareció más sonoro y bonito.
CatroGatos es una pequeña clínica, donde todo bicho es bienvenido. Cada uno entra con su historia, su vida y sus problemas. Intento ayudarlos lo mejor que puedo.